jueves, 13 de septiembre de 2007

De Reliquiis

(En la foto, hábito de San Francisco venerado como reliquia en el Convento-Santuario del Monte La Verna )
A no sé quién - y me temo que haya sido cosa de algún clerigucho postmodernista, o peor - se le ha ocurrido mandar hacer la prueba del carbono 14 con una túnica de San Francisco, que se venera desde hace siglos en la espléndida e incomparable Chiesa di Santa Croce, Florencia. Los análisis han datado la presunta túnica del Santo sobre fines del XIII, y como San Francesco murió en 1226, no podría ser una túnica de su uso; es decir, que no es reliquia la reliquia.

Y a mí me da la risa floja cuando me pongo a pensar en lo poco que creerán esos que tienen fe en el carbono14 , tan bueno para ciertas dataciones paleontológicas, pero tan discutible para fijar aproximaciones temporales más afinadas, como esos setenta años de variación que han desacreditado la túnica franciscana de Santa Croce, Firenze.

La tragicomedia del carbono14 alcanzó su más alta cota de popularidad cuando hará veinte años (en 1988, me parece) pasaron unas muestras de la Santa Síndone de Turín por el fielato de los laboratorios; otra ocurrencia de algún ocurrente clérigo, suficiente para desacreditar la sensatez clerical del susodicho, el que fuere. Los resultados fueron tan chocantes - claro! - que lo del carbono14 ya se ha convertido en otro "misterio" añadido a la Sábana Santa, para regocijo de sus "expertos" (algunos, auténticos "profesionales" del tema, que esa es otra).

Yo, católico militante-beligerante, entiendo y defiendo que las Reliquias no están para experimentos, ni se han conservado hasta ahora para que jueguen con ellas cuatro indiscretos y tres descreídos en una rebotica de laboratorio. Las Reliquias son venerandas, para su veneración, y sanseacabó.

Me confirmo en esta convicción cuando leo en los Exercicios Espirituales de ntrº p. San Ignacio esa notación en la que recomienda:

- " Alabar reliquias de Santos, haciendo veneración a ellas, y oración a ellos..." (Reglas para sentir con la Iglesia Militante -regla 6ª- EE nº 358)


Cuando por toda Alemania los luteranos desmontaban y quemaban reliquias y relicarios, nuestro San Ignacio escribía esta castiza recomendación, tan apreciable, tan católica, tan espiritual.

Nosotros que proclamamos la Encarnación del Verbo, hemos reconocido desde muy antiguo - desde los orígenes, se puede decir - el valor de esas otras pequeñas "encarnaciones" que son las Reliquias: Los restos, las pruebas, las huellas de que la Santidad se ha hecho vida. Por eso valen para la veneración una túnica, una sandalia, un cilicio, una cuchara, un libro; o un cuerpo entero, o alguna de sus partes que esperan la Gloria que ya goza en alma su correspondiente Santo.

Una píccola consolazione: Junto al desacreditado hábito de Santa Croce, la prueba del carbono14 sí ha avalado la cronología de otra túnica de San Francisco venerada en Cortona, así como un almohadón donde reclinaron la cabeza del Poverello al morir, más un códice con los Santos Evangelios, también del uso del Santo de Asís.

Lo que pasa es que yo dudo de que el que dudó de las reliquias y las mandó a aprobar con carbono, se satisfaga con la corroboración del carbono; porque el carbono14 es fiable cuando desautoriza reliquias, pero no satisface cuando las confirma. Esa es mi impresion.

En casa tengo actualmente mi pequeño Relicario con Reliquias de Stº Tomás de Aquino, San Juan de Ávila y Stª Ángela de la Cruz (estas son las más "insignes"). Hace unos años me desprendí de algunas, que doné para su culto: Una de San Fernando, otra de San Isidoro, y una de San Bartolomé. Tengo más, de diverso grado, entidad, y procedencia, todas veneradas como recomienda San Ignacio. Y estoy siempre atento por si puedo recoger alguna otra.

Por supuesto, ninguna sufrirá indiscretas averiguaciones, ni se cotejarán con ese carbono impío, faltaría más.


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